“Soy guerrero:
mi espada es el amor, mi escudo el humor,
mi hogar la coherencia, mi texto la libertad.
Si mi felicidad resulta insoportable, discúlpenme,
no hice de la cordura mi opción.
Prefiero la imaginación a lo indio,
es decir, inocencia incluida”
Chamalú
mi espada es el amor, mi escudo el humor,
mi hogar la coherencia, mi texto la libertad.
Si mi felicidad resulta insoportable, discúlpenme,
no hice de la cordura mi opción.
Prefiero la imaginación a lo indio,
es decir, inocencia incluida”
Chamalú
Nuestra querida amiga y compañera María nos envia el siguiente texto para compartirlo con todos nosotros, espero que os guste y que sigais enviandonos cualquier texto, poema, critica o reseña sobre todo lo que os parezca interesante publicar.
Personajes como Chamalú son imposibles de definir. Su vida fue salvada de niño en un ritual terapéutico por su bisabuela, indígena quechua, y tras una juventud marcada por la pobreza y la rebeldía se involucró en proyectos transformadores por un mundo mejor, primero de carácter político-revolucionario, luego ecologista y finalmente espiritual y sanador.
Místico de los Andes, poeta, “hombre-medicina”, terapeuta del alma, autor de de más de 42 libros, fundador del Movimiento Ecologista Pachamama, director de la clínica alternativa Planeta Luz, viajero incansable que ha dado conferencias en más de 600 ciudades, no pertenece a ninguna religión y vive y enseña en su Comunidad-Escuela en Bolivia, donde aprendices y buscadores de todo el mundo se acercan a beber de sus enseñanzas.
Chamalú rescata el conocimiento de las fuentes ancestrales y honra a toda la cultura y sabiduría indígena.
“El indígena sabía pocas cosas, pero sabía vivir:
no había suicidio, no había depresión”
no había suicidio, no había depresión”
“Me declaro vivo” es su escrito más difundido y después de leerlo y reflexionar sobre él, se entiende por qué.
Con palabras sencillas y cercanas, Chamalú nos habla de la felicidad diaria, de fluir con la vida, del silencio, de buscar el camino personal y disfrutar de cada paso, de ser genuinos, de aceptación, y sobre todo, nos habla de AMOR.
Aquí podeis leer el txto íntegro.
“ME DECLARO VIVO” de Chamalú, indio quechua
Saboreo cada acto.
Antes cuidaba que los demás no hablaran mal de mí,
entonces me portaba como los demás querían
y mi conciencia me censuraba.
Menos mal que a pesar de mi esforzada
buena educación siempre había alguien difamándome.
¡Cuánto agradezco a esa gente que me enseñó
que la vida no es un escenario!
Desde entonces me atreví a ser como soy.
He viajado por todo el mundo, tengo amigos de todas las religiones;
conozco gente extraña:
católicos, religiosos pecando y asistiendo a misa puntualmente,
pregonando lo que no son,
personas que devoran al prójimo con su lengua e intolerancia,
médicos que están peor que sus pacientes,
gente millonaria pero infeliz,
seres que se pasan el día quejándose,
que se reúnen con familia o amigos
los domingos para quejarse por turnos,
gente que ha hecho de la estupidez su manera de vivir.
El árbol anciano me enseñó
que todos somos lo mismo.
La montaña es mi punto de referencia:
ser invulnerable, que cada uno diga lo que quiera,
yo sigo caminando indetenible.
Soy guerrero:
mi espada es el amor,
mi escudo el humor,
mi hogar la coherencia,
mi texto la libertad.
Si mi felicidad resulta insoportable, discúlpenme,
no hice de la cordura mi opción.
Prefiero la imaginación a lo indio,
es decir inocencia incluida.
Quizás solamente teníamos que ser humanos.
El que tú no veas los átomos,
no significa que no existan.
Por eso es muy importante que sea el Amor
lo único que inspire tus actos.
Sin Amor nada tiene sentido, sin Amor estamos perdidos,
sin Amor corremos el riesgo de estar de nuevo
transitando de espaldas a la luz.
En realidad,
sólo hablo
para recordarte
la importancia
del silencio.
Anhelo que descubras el mensaje que se encuentra
detrás de las palabras; no soy un sabio,
sólo un enamorado de la vida.
El silencio es la clave,
la simplicidad es la puerta
que deja fuera a los imbéciles.
La gente feliz no es rentable,
con lucidez no hay necesidades innecesarias.
No es suficiente querer despertar, sino despertar.
La mejor forma de despertar es hacerlo
sin preocuparse porque nuestros actos
incomoden a quienes duermen al lado.
Recuerda que el deseo de hacerlo bien será una interferencia.
Es más importante amar lo que hacemos
y disfrutar de todo el trayecto.
La meta no existe, el camino y la meta son lo mismo.
No tenemos que correr hacia ninguna parte,
sólo saber dar cada paso plenamente.
No, no te resistas, ríndete a la vida.
Quien acepta lo que es
y se habilita para hacer lo que puede,
encarna las utopías
y lo imposible se pone a disposición.
La mejor manera de ser feliz es: ‘ser feliz’.
Reconstruye tu raíz y saborea la vida.
Somos como peces de mares profundos,
si salimos a la superficie reventamos.
La frivolidad y la intrascendencia
condenan la vida a la muerte.
Cuando somos más grandes que lo que hacemos,
nada puede desequilibrarnos.
Pero cuando permitimos que las cosas sean más grandes
que nosotros, nuestro desequilibrio está garantizado.
El corazón está en emergencia por falta de amor.
Hay que volver a conquistar la vida,
enamorarnos otra vez de ella.
Nuestro potencial interior aflora espontáneamente
cuando nos dejamos en paz.
Quizá sólo seamos agua fluyendo;
el camino nos lo tenemos que hacer nosotros.
Más no permitas que el cauce esclavice al río,
no sea que en vez de un camino tengas una cárcel.
La infelicidad no es un problema técnico,
es el resultado de haber tomado el camino equivocado.
Amo mi locura que me vacuna contra la estupidez.
Amo el amor que me inmuniza ante la infelicidad
que pulula por doquier, infectando almas
y atrofiando corazones.
El amor es, a nivel sutil,
la esencia de nuestra instancia inmunológica.
La gente está tan acostumbrada a complicarse,
que rechaza de antemano la simplicidad.
La gente está tan acostumbrada a ser infeliz,
que la sensación de felicidad
les resulta sospechosa.
La gente está tan reprimida, que la espontánea ternura
le incomoda y el amor le inspira desconfianza.
Hay cosas que son muy razonables, objetivas y… apestan.
Ya no podemos perder el tiempo
en seguir aprendiendo técnicas espirituales cuando aún estamos vacíos de amor.
Quienes no están preparados para escuchar
tienen la recompensa de no enterarse de nada.
Disfruta de lo que tienes, recibe lo que venga,
crea e inventa lo que necesites, haz sólo lo que puedas,
y fundamentalmente celebra lo que tengas.
La vida es un canto a la belleza,
una convocatoria a la transparencia
Cuando esto lo descubras desde la vivencia,
el viento volverá a ser tu amigo,
el árbol se tornará en maestro
y el amanecer en ritual.
La noche se vestirá de colores,
las estrellas hablarán el idioma del corazón
y el espíritu de la tierra reposará otra vez tranquilo.
¡Me declaro vivo!
Chamalú.
Indio Quechua
¡Gracias Maria¡
ResponderEliminarPorque tu inquietud nos regala estas joyas y nos acerca a lugares recónditos y hermosos.