Diplomáticos que se jugaron su carrera, su prestigio y todos sus bienes, guardias civiles y hasta religiosos que desoyeron las doctrinas oficiales del franquismo y de la Iglesia católica, taxistas que sobornaban a policías en la frontera y muchísimos ciudadanos anónimos que pusieron en riesgo sus vidas y las de sus familias para ayudar a los judíos errantes, perseguidos por la brutalidad nazi.
A todos ellos ha dedicado Diego Carcedo su libro “Entre bestias y héroes. Los españoles que plantaron cara al holocausto” por el que ha sido galardonado con el premio Espasa de Ensayo en su XXVIII edición, tanto me han impresionado las historias casi perdidas de estos auténticos héroes olvidados que, aprovechando que tiene tanto en común con la novela de Wagenstein que estamos leyendo, no quería perder la oportunidad de recomendarlo.
Periodista e historiador, José Manuel Diego Carcedo empezó a trabajar para Televisión española en 1974 donde participó en el mítico programa “Los Reporteros”. Fue corresponsal en Lisboa, desde donde fue testigo directo de “La revolución de los claveles” y Nueva York para la misma emisora, además de enviado especial en varios contextos de guerra como Vietnam. Desde 2006 preside la Asociación de periodistas europeos. A lo largo de su carrera ha publicado “Neruda y el barco de la esperanza”, “El Schindler de la guerra civil”,” Sáez de Santamaría, el general que cambió de bando”,” 23 F, los cabos sueltos”,”Un español frente al holocausto” y “Fusiles y claveles”, entre otros libros.
Diego Carcedo nos relata en este libro la historia de algunos españoles que enfocaron su vocación altruista y humanitaria en la ayuda a los judíos, principales víctimas del plan de exterminio nazi de mediados del pasado siglo. Protagonizan estas páginas funcionarios más o menos afectos al Régimen, que desempeñaban su tarea en diversos países de Europa, pero también profesionales y ciudadanos anónimos. A partir de una “interpretación muy flexible” de las consignas gubernamentales, y beneficiándose de las privilegiadas relaciones entre la Alemania nazi y el gobierno del dictador Franco, algunos de estos representantes de la administración franquista, actuando de espaldas al Régimen, lograron que muchos judíos fueran considerados súbditos españoles en virtud de su condición (supuesta o real) de sefardíes aludiendo a "un antiguo decreto que había aprobado Primo de Rivera, concediéndoles pasaporte español a los descendientes de los judíos expulsados de España en 1492", comenta Carcedo.
En palabras del autor «Sin duda actuaban al margen del régimen franquista, afín al nazismo. El Franquismo no hizo casi nada y podía haber hecho mucho para salvar vidas. Luego intentó capitalizar lo que hicieron algunos de sus diplomáticos muchas veces por su cuenta. Incluso lo que hicieron algunos diplomáticos fue castigado cuando se supo en el Ministerio de Exteriores, particularmente en los tiempos de Ramón Serrano Súñer, un declarado antisemita, como ministro. Los particulares que ayudaron a judíos lo hicieron a escondidas y sabiendo lo que se jugaban. Alguno tuvo que huir de España. Y entre los que lo hicieron desde fuera, desde el exilio, alguno acabó pagando con su vida. Fue el caso del anarquista asturiano, de Oviedo, Francisco Ponzán Vidal el cual desde su exilio en Francia montó una red clandestina para ayudar a los judíos a pasar a través de los Pirineos a España. Cuando fue descubierto fue detenido, fusilado por los nazis y sus restos quemados en el incendio intencionado del bosque donde se llevó a cambio la ejecución. Ponzán había nacido en Asturias pero estudió Magisterio en Huesca, donde había ejercido de maestro. En Aragón le rindieron homenajes. Le consideran un héroe. En Asturias sin embargo, hasta donde yo sé, se ignora su existencia.».
Francisco Ponzán Vidal |
El propio Carcedo comenta cómo en España «aunque parecía neutral», los sectores oficiales del Estado y la Iglesias apoyaban a los nazis «porque debían a Hitler los favores que hizo a Franco para poder ganar la Guerra Civil».
Ángel Sanz-Briz |
hermanas Touza |
Sobre la cuestión del número de vidas salvadas por estos “Héroes anónimos” el autor respondía , «No hay manera de precisar el número. Utilizando cifras de algunos investigadores, que yo no me atrevo ni a rechazar ni a aceptar, entre 30.000 y 60.000. Pero podrían haber sido muchas más si el Régimen no se hubiese mostrado tan proclive y tan amigo de Hitler. Claro que Franco tenía muchas razones para estarle agradecido».
Como conclusión me gustaría detenerme en el periplo de un personaje que me ha llamado poderosamente la atención, leyendo sobre la actuación particularmente heroica de Aristides de Souza Mendes, Cónsul de Portugal en Burdeos y único personaje no español que aborda el ensayo aunque colaborase con españoles, y que consiguió salvar mas de 30.000 refugiados, casi la mitad judíos, firmando visados gratuitamente para que pudieran escapar de Francia tras la invasión de la Alemania Nazi.
Aristides de Souza Mendes (Cabanas de Viriato, 19-VII-1885 / Lisboa, 3-IV-1954).
Nace en el seno de una familia católica, conservadora, monárquica y aristocrática. Su padre era juez en el Tribunal Supremo de Portugal, pero Sousa se decantará por la carrera diplomática. Se licencia en Derecho por la Universidad de Coimbra en 1907, junto con su hermano gemelo César, que también estudió Derecho y llegó a ser Ministro Plenipotenciario de 2ª clase bajo el régimen de Salazar. En 1908 se casa con su prima Angelina, con quien tendrá 14 hijos nacidos en los diferentes países a los que le lleva su carrera diplomática.
En 1940 Mendes era Cónsul general de Portugal en Burdeos; llevaba 30 años dedicado a su carrera, su esposa Angelina y sus 14 hijos. Ver a tantos refugiados le inquietaba pues el sabía cosas que ellos ignoraban. El Presidente de Portugal, Salazar, a través de la Circular 14 había dejado claro a todos los diplomáticos que bajo ninguna circunstancia podrían expedirse visados contra los enemigos de Alemania: “a extranjeros de nacionalidad indefinida, contestada o en litigio; los apátridas; los judíos expulsados de su país de origen o del país del cual sean ciudadanos”.
Hasta el 10 de mayo había sido posible obtener visados, pero tras la invasión de Holanda y Bélgica por Alemania, el gobierno de Portugal prohibió el paso por el país para refugiados, en particular los judíos. La orden del Presidente Oliveira Salazar era determinante: “No deben emitirse visados a hebreos ni a otras personas indeseables”.
En esos días Sousa conoce a Jaqcob Kruger, un rabino polaco al que ofrece un visado quien lo rechaza si no se ofrece también a todas las familias judías. Sousa no podía descansar pues era un buen católico y una gran persona que sentía que no podía dar la espalda a los refugiados. Así decide dar visado a todo aquel que lo pidiera y sin coste alguno; al personal de la embajada les dijo:
“Mi gobierno rechazó todas las solicitudes de visados, pero no puedo dejar que toda esta gente muera. Nuestra constitución dice que la religión o la nacionalidad del hombre no pueden ser usadas en su contra. Decidí actuar según este principio. Voy a conceder visado a todo aquel que lo solicite, e incluso si me despiden por ello, no puedo actuar sino como católico y según lo que me dicte la conciencia, si hay que desobedecer, prefiero que sea a una orden de los hombres que a una orden de Dios.”.
Expidió más de 30000 visados en tres días, del 17 al 19 de junio de 1940 no pudo dormir y las manos le sangraban por firmar los documentos sin descanso. El resultado fue 12000 visados a los judíos y el resto a otras gentes.
A pesar de que Salazar tomó medidas contra el cónsul rebelde, Sousa continuó su actividad en Bayona entre los días 20 y 23 de junio de 1940 en presencia del vice-cónsul y de dos funcionarios de Salazar que nada pudieron hacer para parar la concesión de visados. El 23 de junio Salazar le cesará de su cargo de cónsul pero Aristides, lejos de cejar en su empeño, continuó emitiendo visados a todos los que se encontraba de camino a Hendaya. Durante todo ese proceso recibió la colaboración del diplomático español Eduardo Propper de Callejón, también reconocido tras su muerte como “Justo entre las Naciones”, que proporcionó los visados para el paso por España.
Salazar envió varios funcionarios a recoger a Aristides. Sin embargo, Sousa Mendes logra cruzar la frontera francesa junto con otros refugiados y llegar a España. Debido a los deficientes medios existentes para la comunicación los guardias de la aduana española no habían sido avisados por Madrid para cerrar la frontera y no tuvieron más remedio que dejar pasar a todos los refugiados que acompañaban al antiguo cónsul para continuar en dirección a Portugal.
A su regreso a Lisboa, le despidieron; ni siquiera se le permitió ejercer como abogado. Hasta se le requisó el carnet de conducir. Le dejaron sin medios para que tanto su familia como el mismo pudieran sobrevivir. Tanto sus amigos como los dirigentes eclesiásticos le dieron la espalda; sobrevivió gracias a la comunidad judía de Lisboa.
Al término de la Segunda Guerra Mundial, Salazar se felicita por haber ayudado a muchos refugiados. En ningún momento Sousa volvió a formar parte del cuerpo diplomático.
Sin el reconocimiento público de su labor, Sousa Mendes pasó sus últimos años de vida sumido en la miseria después de vender sus pertenencias a la muerte de su esposa en 1948. Murió olvidado el 3 de abril de 1954 en el hospital de los franciscanos en Lisboa. Fue enterrado con una túnica franciscana.
El 18 de octubre de 1966 el Yad Vashem reconoció a Sousa Mendes como Justo de las Naciones.
Que gran lección para todos los altos estamentos de la iglesia que mientras tanto se dedicaban a ofrecer sermones y homilías para atacar a los judíos de forma despiadada e injusta, por no hablar de la indecente actuación del Vaticano durante el papado de Pio XII.
Nos quedan, por suerte, los actos de estos héroes anónimos, que en contra de la doctrina impuesta, civil o religiosa, se jugaron la vida para ayudar a sus semejantes a escapar de un horror que asoló el mundo durante los años de la II Guerra Mundial.
TÍTULO: ENTRE BESTIAS Y HÉROES. LOS ESPAÑOLES QUE PLANTARON CARA AL HOLOCAUSTO.
AUTOR: JOSÉ MANUEL DIEGO CARCEDO.
Fecha de publicación: 25/10/2011
230 páginas
Idioma: Español
ISBN: 978-84-670-3564-3
Formato: 15 x 23 cm.
Presentación: Rústica con solapas
Colección: ESPASA FORUM
A continuación una entrevista con el autor en el programa vespertino dirigido y presentado por Julia Otero "Julia en la Onda", dejo los enlaces directos debajo por si los reproductores diesen problemas:
http://www.ivoox.com/diego-carcedo-presenta-entre-bestias-heroes-ultimo-audios-mp3_rf_871599_1.html
En el siguiente audio puedes escuchar la interesante entrevista con el autor en el programa radiofónico de Onda Cero, La Rosa de los Vientos, con motivo de la edición del libro. Especialmente emotiva cuando Diego Carcedo narra de su propia voz los casos que mas le han conmovido :
http://www.ivoox.com/diego-carcedo-su-obra-bestias-heroes-audios-mp3_rf_877536_1.html
Y si queréis además ver al autor charlando sobre lo que le motivó a escribir sobre estos estremecedores acontecimientos, podéis hacerlo en el siguiente enlace del programa "Shalom" de RTVE:
http://www.rtve.es/alacarta/videos/shalom/shalom-bestias-heroes-holocausto/1358342/
Fuentes:
http://es.wikipedia.org/wiki/Aristides_de_Sousa_Mendes
http://www.ivoox.com
http://www.planetadelibros.com/entre-bestias-y-heroes-libro-53375.html
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