Segunda entrega del ciclo de poemas que el joven poeta Enrique Luna dedica, con mucho cariño, a los amigos del Club de lectura Serendipity.
A María
Siempre a la sombra de su viejo cedro,
Me sonríe una purpúrea camelia
Cuando en mi banco a la lectura me entrego.
Y le leo y me observa,
Y le cuento y me escucha.
Camino de Brooklyn, me sueña esperanzas,
Con un lápiz verde me indica el camino.
Ahonda en mi mente entre las desgracias,
Y le leo y me observa,
Y le cuento y me escucha.
Vive apasionada el viaje del celta,
Siente temblorosa el ladrido del perro,
Viaja al negro sur de abeja en abeja.
Y le leo y me observa,
Y le cuento y me escucha.
Vuelvo cada jueves a sentir su aroma,
Cada nuevo escrito algo más valiente,
Y ella en su rincón, mucho más hermosa.
Y le leo y me observa,
Y le cuento, y me escucha.
- Enrique Luna -
¡Qué bonito, Enrique!
ResponderEliminarSigue navegando por los mares desiertos
donde la bruma y las olas,
tellevan hacia adentro.
Un abrazo.
Manuel
¡Ojala supiera como escribir un largo aplauso!
ResponderEliminarPermitidme que haga una pequeña rectificación en mi precipitada glosa a nuestro querido
ResponderEliminarEnrique:
Sigue navegando
por los mares desiertos
donde la bruma
y las olas
te llevan adentro.
Un fuerte abrazo a todos
Manuel
Gracias amigo Enrique; me siento muy honrada y a la vez sonrojada por tu dedicatoria. Es de una gran belleza ese paseo poético por cada una de las obras que hemos leído. Admiro tu arte.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo
María