pensando en la maravillosa historia de amor que es Cyrano de Bergerac y como sigo atrapado por su influencia, no paro de recordar otra tristísima historia de renuncia por amor pero esta vez en forma de canción.
Se trata de "Confesión" un fantástico tango compuesto en 1931 por Enrique Santos Discepolo y Luis César Amadori e interpretado exitosamente por el gran Carlos Gardel, aunque yo lo descubrí hace unos cuantos años ya en el disco en directo "Pequeño Cabaret Ambulante" de Enrique Bunbury donde se marca una estupenda versión del clásico. He intentado dejaros las dos pero no he encontrado una buena copia de la original de Gardel, por lo que os dejo la versión de Bunbury a la que le tengo un especial cariño+.
Como siempre, espero que os guste.
CONFESIóN
Fue a conciencia pura que perdí tu amor,
nada más que por salvarte.
Hoy me odiás, y yo feliz,
me arrincono pa' llorarte.
El recuerdo que tendrás de mi será horroroso,
me verás siempre golpeándote como un malvao,
y si supieras bien qué generoso,
fue que pagaste así,
tu gran amor.
¡Sol de mi vida! Fui un fracasao,
y en mi caída busqué el echarte a un lao,
porque te quise tanto, tanto,
que en mi rodar, para salvarte,
sólo supe hacerme odiar.
Hoy después de un año atroz te vi pasar,
me mordí pa' no llamarte.
Ibas linda como un sol,
se paraban pa' mirarte.
Yo no sé si el que te quiere así se lo merece,
sólo sé que la misería cruel que te ofrecí
me justifica al verte hecha una reina,
pues vivirás mejor lejos de mi.
¡Sol de mi vida! Fui un fracasao,
y en mi caída busqué el echarte a un lao,
porque te quise tanto, tanto,
que en mi rodar, para salvarte,
sólo supe hacerme odiar.
Hermosa canción de renuncia por amor, me gusta muchísimo el tango. Mil gracias David por compartirla.
ResponderEliminarBesos, María