miércoles, 14 de diciembre de 2011

EL POETA TOMAS TRANSTRÖMER, NOBEL DE LITERATURA 2011

El poeta sueco Tomas Tranströmer, Premio Nobel de Literatura 2011

Artículo enviado por Beatriz Masiá.

El poeta sueco Tomas Tranströmer ha ganado el Premio Nobel de Literatura 2011, según ha anunciado hoy la Academia Sueca. El escritor sucede al hispanoperuano Mario Vargas Llosa, que logró el galardón el pasado año. La Academia ha decidido galardonar a Tranströmer «porque, a través de la condensidad de sus traslúcidas imágenes, nos aporta un acceso fresco a la realidad».
Tomas Tranströmer nació el 15 de abril de 1931 en Estocolmo. Sus padres, Helmy y Gösta Tranströmer, eran maestra de escuela y redactor respectivamente. Tras terminar el bachillerato en 1950 en el centro de enseñanza secundaria Södra Latin, comenzó sus estudios en Historia de la Literatura, Psicología e Historia de las Religiones en la Universidad de Estocolmo, materias que formaron parte de su licenciatura en 1956.

Trabajó como psicólogo en la prisión juvenil de Roxtuna

Después de haber completado sus estudios académicos fue contratado como asistente en el departamento de psicometría de la Universidad de Estocolmo en 1957. Al año siguiente se casó con Monica Bladh. Entre los años 1960 y 1966 trabajó como psicólogo en la prisión juvenil de Roxtuna, en las afueras de Linköping. En 1980 fue contratado por el Instituto del mercado de trabajo (Arbetsmarknadsinstitutet) en Västerås.
Tranströmer sufrió una apoplejía en 1990 que en gran medida lo privó del habla. Después de haber publicado poemas en diferentes revistas, Tranströmer publicó en 1954 el libro «17 dikter», uno de los debuts más destacados de la década. Ya aquí se nota el interés por la naturaleza y la música que caracteriza una gran parte de su producción. Con las siguientes colecciones de poemas «Hemligheter på vägen» (1958), «El cielo a medio hacer» (2010) y «Klanger och spår» (1966) confirmó ante los críticos y el resto de los lectores su posición como uno de los principales poetas de su generación.

El libro «Östersjöar» (1974) recoge fragmentos de una historia familiar de Runmarö, una isla del archipiélago de Estocolmo donde su abuelo materno trabajaba como práctico de costa y donde Tranströmer de niño pasó muchos veranos. Recuerdos de su infancia y juventud en los años 30 y 40 se encuentran también en el libro de memorias «Poemas selectos y Visión de la Memoria» (2009).


Sufrió una apoplejía en 1990 que en gran medida lo privó del habla

La mayor parte de las colecciones poéticas de Tranströmer se caracterizan por la austeridad, la concreción y las metáforas claras y expresivas. En sus últimos poemarios «Góndola fúnebre» (2000) y «Den stora gåtan» (2004) Tranströmer ha avanzado hacia unos formatos cada vez menores y hacia un mayor grado de concentración.
Ya en la década de los 60, Tranströmer fue introducido en Estados Unidos por el autor Robert Bly. Desde entonces el interés por su poesía ha aumentado internacionalmente y ahora está traducido a más de sesenta idiomas. A lo largo de los años Tranströmer ha publicado también sus propias interpretaciones de poesía extranjera. Un volumen recopilatorio de sus traducciones fue publicado en 1999 bajo el título de «Tolkningar».


Obras en español

- «Postales negras» / traducción: Roberto Mascaró & Christian Kupchik. – Stockholm : Ediciones Inferno, 1988
- «El bosque en otoño» / traducción de Roberto Mascaró. – Montevideo : Uno/Siesta, 1989
- «Para vivos y muertos» / versiones de Roberto Mascaró ; con la versión de Bálticos de Francisco Uriz. – Madrid : Hiperión, 1992
- «Góndola fúnebre» / versión castellana de Roberto Mascaró. – Concepción : Ed. Literatura Americana Reunida (LAR), 2000
- «29 jaicus y otros poemas = 29 haiku och andra dikter»- / versión castellana y prólogo de Roberto Mascaró. – Montevideo : Ediciones Imaginarias, 2003
- «Poemas selectos y Visión de la Memoria» / versión castellana: Roberto Mascaró. – Caracas : Bid & Co., 2009
- «El cielo a medio hacer» / traducción y selección de Roberto Mascaró. – Madrid : Nórdica Libros, 2010


DATOS CURIOSOS PARA UN GALARDON MUY SERIO

- El Nobel de Literatura se ha concedido en 99 ocasiones a un único escritor, y cuatro veces lo han compartido dos autores.

- No se concedía el galardón a un poeta desde 1996, cuando lo obtuvo la polaca Wislawa Szymborska.

- Desde 1974 , con Eyvind Johnson y Harry Martinson no se premiaba a un autor sueco; es el septimo escritor sueco en 110 años de Nobel de Literatura. Antes de Tomas Tranströmer, otros seis autores suecos lograron el Nobel de Literatura: Selma Lagerlöf (1909), Verner von Heidenstam (1916), Erik Axel Karlfeldt (1931), Pär Lagerkvist (1951), Eyvind.JPG Eyvind Johnson (1974) y Harry Martinson (1974).

- Doris Lessing es la mujer con mayor edad que ha recibido el Nobel de Literatura. Tenía 88 años cuando se le concedió, en 2007. Rudyard Kipling fue el escritor más joven laureado con el premio. Lo recibió en 1907, con 42 años.

- El primer Premio Nobel de Literatura fue entregado en 1901 al francés Sully Prudhomme, «en reconocimiento especial a su composición poética, lo cual da pruebas de un elevado idealismo, una perfección artística y una rara combinación de las cualidades tanto del corazón como del intelecto».

- Doce mujeres han recibido el Nobel de Literatura: Selma Lagerlöf (1909), Grazia Deledda (1926), Sigrid Undset (1928), Pearl Buck (1938), Gabriela Mistral (1945), Nelly Sachs (1966), Nadine Gordimer (1991), Toni Morrison (1993), Wislawa Szymborska (1996), Elfriede Jelinek (2004), Doris Lessing (2007) y Herta Müller (2009).
- Dos autores rechazaron el galardón: Boris Pasternak, en 1958, obligado por el régimen soviético, y Jean-Paul Sarte, en 1964, alegando que no aceptaba premios en vida.

- Francia, con catorce autores, es el país con mayor número de galardonados; le siguen Gran Bretaña y Estados Unidos, con once. España ha logrado el premio en seis ocasiones.

- Los españoles premiados son José Echegaray (1904), Jacinto Benavente (1922), Juan Ramón Jiménez (1956), Vicente Aleixandre (1977), Camilo José Cela (1989) y Mario Vargas Llosa (2010).

- El idioma inglés domina la historia del galardón, con 26 premiados. El español cuenta con 11 premios Nobel de Literatura.


FUENTE:


UNA PEQUEÑA MUESTRA DE SU POEMARIO.


HISTORIA DE MARINOS

HAY días de invierno sin nieve en que el mar es pariente
de zonas montañosas, agazapado en plumaje gris,
azul apenas un minuto, largas horas con olas como pálidos
linces, buscando en vano apoyo en las piedras de la orilla.
Un día como estos salen del mar restos de naufragio en busca
de sus propietarios, sentados en el bullicio de la ciudad, y
 ahogadas
tripulaciones van hacia tierra, más tenues que humo de pipa.
(En el Norte andan los verdaderos linces, con garras afiladas
y ojos soñadores. En el Norte,  donde el día
vive todo el tiempo en una mina.
Allí donde el único sobreviviente puede estar
junto al horno de la Aurora Boreal escuchando
la música de los muertos por frío.)





PRELUDIUM

DESPERTAR  es un salto en paracaídas del sueño.
Libre del agobiante torbellino, se hunde
el viajero hacia la zona verde de la mañana.
Las cosas se encienden. Él percibe —en la vibrante
postura de la alondra— las oscilantes lámparas subterráneas
del poderoso sistema de las raíces de los árboles. Pero a flor
 de tierra
—en abundancia tropical— está el verdor
con los brazos al aire, en escucha
del ritmo de una bomba invisible. Y él
se hunde hacia el verano, se descuelga por
el cráter cegador, hacia abajo
a través de grietas de edades verde-húmedas
palpitantes bajo la turbina del sol. Así es detenido
este viaje vertical por el instante y las alas se ensanchan
hasta ser la quietud del gavilán sobre aguas torrenciales.
Tonos desamparados
de las trompetas de la Edad de Bronce
cuelgan sobre el abismo.
En las primeras horas del día, la conciencia puede abarcar
 el mundo
como la mano oprime una piedra entibiada por el sol.
El viajero está bajo el árbol. ¿Se extenderá,
después de la caída por el torbellino de la muerte,
una gran luz sobre su cabeza?



ARCHIPIÉLAGO OTOÑAL

Tormenta

De pronto, el caminante encuentra aquí el viejo,
enorme roble, como un alce petrificado con su interminable
cornamenta, frente a la fortaleza verdinegra
   del mar de septiembre.
Tormenta nórdica. Es el tiempo en que
los racimos de serbas maduran. Despierto en la oscuridad,
oigo a las constelaciones piafar en sus establos,
   en las alturas, sobre los árboles.



NOCHE-MAÑANA

EL mástil de la luna se ha podrido y la vela arrugado.
La gaviota fl ota ebria, más allá, sobre el agua.
El pesado cuadrilátero del muelle, carbonizado. El matorral se
   doblega en la oscuridad.
En la escalera. El amanecer golpea y golpea
en las verjas de piedra gris del mar y el sol crepita
cerca del mundo. Semiahogados dioses estivales tantean
   en niebla marina.


OSTINATO

BAJO el punto circular de calma del gavilán
rueda el mar retumbando en la luz,
muerde ciego su freno de algas y resopla
   espuma en las orillas.
La tierra se enjuaga en oscuridad, en donde los murciélagos
se orientan. El gavilán se detiene y se vuelve una estrella.
El mar rueda retumbando y resopla
   espuma en las orillas.


GÓGOL

LA chaqueta raída cual manada de lobos.
El rostro como lasca de mármol.
Está en el círculo de sus cartas, en la arboleda que susurra
de sarcasmo y errores,
sí, el corazón vuela como un papel por los inhóspitos
fragmentos.
Ahora se cuela el ocaso como un zorro sobre esta tierra,
incendia la hierba un instante.
El espacio está lleno de cuernos y pezuñas y allá abajo
se desliza la calesa como una sombra entre las iluminadas
haciendas de mi padre.
Petersburgo situada en la misma latitud que la aniquilación
(¿has visto a la hermosa en la torre inclinada?)
y por congelados barrios se desliza aún como medusa
el pobre con su abrigo.
Y aquí, envuelto en ayunos, está aquel que antes se envolvía
 en los rebaños de la risa,
ya estos se han marchado hace mucho hacia zonas que están
 muy por sobre la frontera de los árboles.
La mesa tambaleante de los hombres.
Mira cómo la oscuridad marca a fuego una Vía Láctea de almas.
¡Sube pues a tu carro de fuego y deja este país!


ESTROFA  Y  ANTISTROFA

EL círculo ulterior es el del mito. Allí se hunde erguido el
 timonel
entre brillantes lomos de pescado.
¡Qué lejos de nosotros! Cuando el día
es un ahogo y una calma inquietud
—como la sombra verde del Congo sostiene
en su vaho a los hombres azules—,
cuando todos esos restos se amontonan
en el río pesado
que serpea desde el corazón.
Súbito cambio: bajo el reposo de los astros llegan,
deslizándose, los amarrados.
Alta la popa, en situación
de alarma, está el casco de un sueño, negro
contra la luz rojiza de la costa. Abandonados
se desploman los años, rápida
y silenciosamente —como la sombra de un trineo, grande,
 perruna—
pasa en la nieve,
alcanza el bosque.



MEDITACIÓN AGITADA

UNA tormenta hace girar las aspas del molino
que salvajemente, en la oscuridad de la noche, muele la nada.
 Las mismas leyes te mantienen despierto.
La panza del tiburón gris es tu débil lámpara.
Recuerdos difusos se hunden en la profundidad del mar
y allí se petrifican junto a extrañas columnas.  Verde
 de algas está tu muleta.  Quien
se va hacia la mar regresa rígido


LAS PIEDRAS

OIGO caer las piedras que arrojamos,
transparentes como cristal a través de los años. En el valle
vuela la confusión de los actos
del instante, vociferantes, de copa
en copa de los árboles, se callan
en un aire más tenue que el presente, se deslizan
como golondrinas desde una cima
a otra de las montañas, hasta
alcanzar las mesetas ulteriores,
junto a las fronteras del ser. Allí caen
todas nuestras acciones
claras como el cristal
no hacia otro fondo
que el de nosotros mismos.



CONTEXTO

MIRA el árbol gris. Fluyó el cielo
por sus fi bras hasta la tierra
—una nube arrugada solo queda
cuando bebió la tierra. Espacio
robado se retuerce en trenza de raíces,
se trama en verdor. Breves instantes
de libertad se alzan de nosotros, remolinean
por la sangre de las Parcas y aún más allá


MUCHOS PASOS

Los iconos fueron puestos en tierra con el rostro hacia arriba
y la tierra fue pisada
por ruedas y zapatos, por mil pasos,
por diez mil pesadas pisadas de escépticos.
En el sueño bajé a una pileta fosforescente, subterránea,
una misa efervescente
¡Qué deseo fuerte! ¡Qué esperanza idiota!
Y sobre mí la pisada de millones de escépticos.


POSTLUDIO

Me arrastro como un garfio sobre el fondo del mundo.
Se engancha todo lo que no necesito.
Cansada indignación, resignación ardiente.
Los verdugos traen piedras. Dios escribe en la arena.
Silenciosas estancias.
Los muebles, listos para volar en el claro de luna.

Avanzo silencioso hacia mis adentros
a través de un bosque de vacías armaduras.




NOTA 
- como vereis algunos merecen formar parte de la sección "Viento en las Velas"! -

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